A menudo denostados en numerosas dietas basadas en las proteínas, los carbohidratos son macronutrientes fundamentales para la obtención de energía de nuestro organismo, por eso nunca deberíamos prescindir totalmente de ellos. Pero no todos ellos son iguales.
Los carbohidratos están compuestos por una moléculas de carbono, hidrógeno y oxígeno y su función es colaborar en el almacenamiento y la obtención de energía, destinada principalmente al cerebro y al sistema nervioso.
Una enzima llamada amilasa, es la que hace que la molécula del carbohidrato de se descomponga y lo que finalmente permite que el organismo la utilice como combustible.
Los carbohidratos complejos son los que nos proporcionan alimentos como las frutas, verduras, legumbres, granos enteros, arroz integral contienen una gran cantidad de fibra se transforman lentamente en glucosa y además nos aportan otros nutrientes como vitaminas y minerales. Por el contrario, los carbohidratos simples, los que se encuentran en galletas, pan blanco, jarabe de maíz y alimentos similares, se digieren y se transforman muy rápido en glucosa y de esta manera y nos hacen engordar con facilidad y sin aportarnos ningún otro valor nutritivo.
Una carencia importante de carbohidratos en la dieta puede provocarnos problemas como un menor rendimiento deportivo y, debido a que el cerebro acusa su falta, problemas de coordinación e incluso mal humor.
Una dieta correcta debería contener al menos un 30 -35% de carbohidratos como mínimo siendo estos procedentes de alimentos como el trigo duro, el arroz integral, verduras frescas, legumbres y frutas.