Navajas al natural en conserva

Materia prima

Las navajas (ensis ensis) son moluscos bivalvos cuyo cuerpo se protege por dos conchas convexas, en este caso, caracterizadas por ser frágiles y alargadas. Habitan en fondos de poca profundidad enterrándose verticalmente en arena, de donde se asoman casi completamente solo para comer plancton filtrando el agua a través de sus branquias.

La extracción de las navajas se realiza a mano una a una, mediante buceo, que requiere de una habilidad especial para que cada una salga del agujero que suelen dejar en la superficie en forma de ocho, dada su rapidez en guardarse bajo la arena, lo que dificulta la opción de cogerse con rastrillo como otros bivalvos.

Elaboración en conserva

Las navajas en conserva de Frinsa se elabora con una previa selección manual de los mejores ejemplares que, directamente y como otros bibalvos, se someten a un proceso de depuración natural para eliminar la arena aunque en su caso hay una fase particular en la que para mejorar su sabor y presencia, se sustrae el hepatopáncreas, que es su órgano digestivo, de forma manual, pieza a pieza, con una tijera. Así, se enlatan una a una, a mano y con sumo cuidado de no romperlas.

Al abrir la lata, se observan las viandas de color blanco nacarado con bordes pardos, cubiertas del líquido de cobertura de gran calidad nutritiva y sabor para tomar con las propias navajas o en cualquier receta.

Conservación, uso y maridaje

Las navajas en lata se deben conservar en lugar fresco sin necesidad de frío. Con una fecha de consumo preferente aproximado de 4 años desde su elaboración.

Se pueden tomar solas, a temperatura ambiente, directamente de la lata o calentándolas ligeramente a la plancha, acompañadas de aceite de oliva.

Se recomiendan acompañar de vinos blancos secos, no muy aromáticos o con algo de madera, así como finos generosos o malvasías secos. También una bebida fría le viene muy bien, como una cerveza rubia o una sidra.